Si el son es el padre de la salsa cubana, la rumba es la madre. Nació en un contexto urbano. Es la integración de sonoridad, de los ritos y prácticas de la religión africana en un tono profano y de fiesta popular, infiltro desde sus mismos orígenes al son y a la salsa, agregándole su especial sabrosura y desenfado. El ritmo de la rumba cubana, sus pasos de baile, sus gestos están plenamente integrados en la forma de bailar la salsa actual en Cuba, su conocimiento es indispensable si se quiere llegar a la excelencia en la ejecución del bailador de salsa, contando la Escuela con el servicio de especialistas en la ejecución de este género.